La Secretaría de Marina (Semar) tiene identificados más de mil conflictos de tipo social a lo largo de la ruta del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, lo que ha dificultado la construcción de esta obra emblemática del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Así lo dio a conocer el subsecretario de Marina, José Luis Arellano Ruiz, en un encuentro con periodistas, en el que además señaló que la dependencia que dirige Rafael Ojeda Durán ya ha logrado desarticular alrededor de 400 desde el anuncio de la construcción de la obra en 2019.
Esto concuerda con lo publicado por El Sol de México en diciembre pasado cuando en una revisión hecha a los archivos filtrados por el grupo de hacktivistas Guacamaya encontró que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) advirtió un crecimiento de conflictos sociales y delictivos a raíz de la edificación de la obra.
De acuerdo con el documento fechado en febrero de 2021, la Sedena previó que el desarrollo tanto del ferrocarril como de los parques industriales podrían provocar disputas en la zona por el suelo y entre bandas criminales.
“Con el proyecto en marcha del corredor Transístmico de Tehuantepec Salina Cruz, Oaxaca-Coatzacoalcos, Veracruz de la actual administración federal, en donde existirá una importante derrama económica, se prevén nuevos conflictos territoriales, sociales y de la delincuencia organizada por aprovechar las oportunidades económicas que dicho proyecto generará”, expone el archivo.
Esto, ya que el CIIT es un proyecto con el que el gobierno federal busca conectar el Golfo de México con el Océano Pacífico para facilitar el comercio en el país y el traslado de mercancías que llegan de Asia a la costa Este de Estados Unidos como alternativa al Canal de Panamá.
Al respecto de las dificultades que ha enfrentado su construcción, el almirante encargado de la obra explicó que la mayoría de los conflictos responden al crecimiento de comunidades en las inmediaciones del paso de vía y que ahora no quieren ceder a la construcción de la obra debido a que implicaría ser retirados del lugar o la demolición de obras sociales como escuelas.
Arellano Ruiz advirtió que mantener estas edificaciones cerca del paso del Tren es inviable, pues la legislación marca que no se puede construir a menos de 20 metros de las vías, pues de lo contrario implicaría un riesgo a su integridad ante un posible descarrilamiento.
Para controlar los conflictos de tipo social, la Semar ha desplegado personal para brindar atención a los pobladores de dichas comunidades y así oír sus demandas, de tal manera que puedan negociar con ellos el libre paso de la obra.
Sin embargo, el almirante aclaró que el cumplimiento de las demandas sólo consiste en la edificación de escuelas, clínicas y obras de tipo social, pues la Marina se niega a dar dinero como lo han solicitado algunos líderes sociales a cambio de que los habitantes cedan a abandonar las movilizaciones sociales.
Señaló también que existen comunidades que no han querido ceder o que, debido a su alto número de exigencias, la Marina ha optado por rodearlas, pues consideran que es más barato construir una vía alterna a la ya existente que acceder a las solicitudes de los locales.
Apenas ayer en Oaxaca, ocurrió una de las más recientes movilizaciones en contra de la Obra. Habitantes de Puente Madera cerraron por horas la carretera transístmica en protesta por la detención de David Hernández Salazar, líder opositor al CIIT, efectuada por agentes de la Fiscalía General del Estado.
En respuesta, integrantes de la Asamblea de Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio cerraron la carretera a la altura de su comunidad. Los manifestantes incendiaron un vehículo −cargo por el que fue detenido su líder− y amenazaron con quemar más y mantener el bloqueo hasta que fuera liberado.
A estas manifestaciones de ayer en Puente Madera se suman las de El Jordán, Matías Romero, Estación Mogoñé o Nuevo Progreso, que a lo largo de tres años han realizado bloqueos carreteros o ferroviarios y expulsado a trabajadores de las empresas del CIIT en Oaxaca.
Más allá de estas manifestaciones de organizaciones sociales, el subsecretario reconoció que también hay grupos de la delincuencia organizada que operan en Oaxaca y Veracruz que sí han sido un factor para el lento avance de la obra, sin embargo, aseguró que “los hemos logrado aislar” para que no puedan influir en los locales que se manifiestan contra el Transístmico.