El centro de Almoloya resguarda la parroquia de La Purísima Concepción, una edificación construida bajo la orden de los frailes agustinos como parte de la evangelización de los territorios indígenas; sin embargo, este no es su principal atractivo, sino la belleza y dedicación del recubrimiento interior de su cúpula.
2 mil 566 ollas de barro recubren su llamativa bóveda
Al entrar es inevitable ver la llamativa bóveda que tiene incrustadas cientos de piezas de barro, en lo alto, las cuales están repartidas de manera uniforme por toda la circunferencia y que evocan la tradición alfarera de este municipio hidalguense.
Se trata de un total de 2 mil 566 ollas de barro, las cuales fueron colocadas una a una para revestir el domo principal del interior de esta iglesia, convirtiéndola así en la única edificación eclesiástica con esta característica en el estado y una de las escasas iglesias en todo el país con la utilización de este material.
Entre estas se encuentra la iglesia de los Jarritos en Cuetzalan, Puebla, en la que el barro fue utilizado para decorar la torre de ese templo, pero encadenados como si se tratara de un Rosario; sin embargo, su número de piezas no rebasa el de las ollas usadas en la edificación almoloyense.
Cabe señalar que, en el arco de la entrada principal de la Purísima Concepción, se encuentra un grabado con la inscripción 1587, periodo al que se atribuye su construcción, aunque también cuenta con un segundo rótulo que mucho más contemporáneo refiere: “Se pintó la cúpula del 30-XI al 23-XII de 1988. Por Andrés Sánchez C., Tomas Campos G., No. De ollas 2,566”.
Aunque a partir de 1988, hace 35 años, se han realizado diversas rehabilitaciones, las más recientes en 2019, el área de la cúpula no ha sido tocada. La historia relata que esta zona de Hidalgo estuvo ocupada por toltecas.