El Carnaval es una tradición que el municipio de San Felipe Orizatlán comparte con toda la región Huasteca, cada municipio es diferente en misterio, color, diversión y tradición. Para este año, la alcaldesa Erika Saab y su equipo de trabajo buscan rescatar las raíces, por ello las áreas de Turismo y Cultura municipal trabajan para que los niños conozcan y preserven la fiesta.
El nanahuatilis, nombre náhua del Carnaval, se lleva a cabo los tres días antes del inicio de la cuaresma, la cual inicia con el Miércoles de Ceniza y que tiene fecha variable entre febrero y marzo, según el año. Tradicionalmente, comienza un sábado y termina el martes siguiente (martes de Carnaval). Esta festividad combina elementos como pintura, cascarones de confeti o harina, disfraces, desfiles y fiesta. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un periodo de permisividad y cierto descontrol.
En sus inicios, el nanahuatilis consistía en tres días de salir a pintar por las calles del pueblo; en aquellos tiempos, esta actividad se realizaba con semillas de chiyote, las cuales, al ser frotadas y humedecidas con agua desprendían cálidos tonos rojos o amarillo, también se usaba tizne, que cubría a las vasijas de barro que se utilizaban en la cocción de alimentos por medio de leña, el cual era en algunos casos revuelto con manteca de cerdo, esto permitía que el tizne se impregnara más a la piel.
Antes de iniciar las fiestas en el pueblo se nombraba una reina del Carnaval y era quien enmarcaría la fiesta con su belleza, elegancia y buen humor; ella debía ir acompañada de sus generales para salir por las calles a buscar a los caballeros del pueblo. También se nombraba un rey que en sus inicios recibió el nombre de Rey Feo y posteriormente se cambió el término por Rey de la Alegría, como su nombre lo dice, se debía tratar de un personaje alegre, que tuviese gusto por el baile y la diversión, y no podía faltar la banda de viento que enmarcaba la fiesta con su música durante el paseo que se realizaba en carro alegórico.
Otro elemento característico de la celebración era y seguirá siendo los cascarones, que en sus inicios eran rellenos de confeti y pintados de forma artesanal con tepetate, es decir, con tierra de río y fiusha, esta última es una sustancia colorante, de color rojo tirando a púrpura y posteriormente tuvieron cambios y se empezó a incluir el cascarón relleno de harina y pintado con diversos recursos.
En esta celebración no pueden faltar los muñecos o monos del carnaval, una representación del humor y de la importancia de cada uno de sus personajes; estos monos representan a un personaje distinguido de nuestro pueblo y van acompañados de versos que adornan la vida de quien representan. En San Felipe Orizatlán, desde hace algunos años hasta la fecha, son amarrados el domingo en los arcos de la presidencia municipal para ser observados por los pobladores.
Y no podían faltar los mecos de San Felipe Orizatlán, quienes representan a los guerreros, en sus manos empuñan machetes de palo, usan calzón de manta y huaraches, cubren su cuerpo con barro natural con pintas negras y llevan en la cabeza un sombrero tipo penacho.
Los danzantes decoran su cuerpo con pintura tradicional, es decir, con tepetate (tierra de río) para el color gris, tierra colorada para el rojo y carbón con agua para el negro. Los mecos blancos representan el bien y los mecos negros, el mal, y sus penachos son adornados a base de plumas de aves. La palabra meco en la región significa sucio, manchado, rayado o pintado.
San Felipe Orizatlán es muy extenso en cuanto a comunidades, colonias y barrios, casi siempre la mayor concentración se tiene cuando la cabecera celebra y todos acuden para ver de cerca un poco de lo que se ofrece, pero no debemos olvidar que también hay comunidades que tienen su propio festejo y que las hacen muy independientes de la gran fiesta, ya que es ahí donde sobresale la mayor cantidad de comunidades indígena y son ellos portadores de tradiciones tan antiguas.
Con el paso del tiempo y las nuevas generaciones, el Carnaval ha tenido sus modificaciones al involucrar otras actividades en el día a día, entre ellos podemos hablar del puerco encebado, actividad que consiste en conseguir un cerdo mediano y llenarlo de cebo o manteca para que al querer agarrarlo se resbale y sea más difícil su atrapada, se suelta en el centro en un espacio asignado donde los participantes tienen que agarrarlo y el ganador se lleva un premio.
En San Felipe Orizatlán los niños disfrutan de esta tradición pues tienen la oportunidad de salir a las calles y pintarse de todos los colores con botes de pintura hechos por ellos o con sus padres, los pequeños recorren el centro principal pintando a quien se encuentren; también existen las guerras de espuma y se compran en cualquier tienda del municipio.
Conoce el Carnaval de San Felipe Orizatlán 2023, una fiesta llena de color, sabor y tradición, que se llevará a cabo del 18 al 21 de febrero. El cartel oficial y toda la información que debes saber la encontrarás en las plataformas digitales oficiales del municipio.
Redacción
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