Se desata la polémica entre los usuarios de la plataforma social de Twitter. No tuvieron que pasar muchos días para que su nuevo propietario el hombre más rico del planeta, Elon Musk comenzara a tomar decisiones polémicas que ya están calando hondo en algunos de los usuarios de esta red que hoy en día cuenta con más de 237.8 millones de usuarios activos monetizables distribuidos en todo el mundo ocupando, según datos de Statista, Estados Unidos el primer lugar con 76.9 millones de usuarios seguido por Japón con 58.95 millones. México ocupa el puesto nueve en número de usuarios con 13.9 millones.
Para Musk este será uno de los grandes retos de su rampante trayectoria empresarial.
Desde hace varios años, había estado cuestionando a Twitter por la censura que aplicaba y se pronunció en diversas ocasiones por la libertad de expresión. Llegó incluso a mencionar que estaba interesado en formar su propia red social (algo que Trump hizo y no le ha ido tan bien) fue tanto su interés que compró un buen número de acciones que le permitieron formar parte de la mesa directiva de Twitter, pero no contento con ello decidió comprar toda la empresa. Pasaron varios meses y entre dimes y diretes logró su objetivo y la adquirió.
De inmediato tomó la decisión de correr a todos los directivos y convertirse en el comandante y jefe de la red social. A las pocas horas de estar al frente comenzó a twittear sobre la libertad de discurso/expresión y subió una encuesta en donde le preguntó a los usuarios si debería de volver a existir Vine (una plataforma que permitía hacer videos cortos) y en pocas horas tuvo casi 5 millones de votos en donde el 70% de la gente dijo que sí. Pasaron las horas y se dio a conocer que le pidió a los que trabajan en la empresa que tenían hasta este fin de semana para poder establecer un mecanismo de cobro para la verificación de usuarios (la palomita azul).
En un principio se habló de cobrar 20 dólares mensuales (400 pesos) por estar verificado. Este monto desató una serie de quejas y comentarios de varias personas famosas entre ellas el escritor Stephen King quien dijo que en lugar de cobrarle a él, deberían de pagarle por estar en Twitter. Pasaron las horas y en otro tweet mencionó el propio Musk que sería un pago de 8 dólares y comenzó a subir memes de cuánto cuesta por ejemplo un café de Starbucks que tan solo te dura 30 minutos versus los 8 dólares mensuales por estar verificado.
No cabe duda, que estamos ante un empresario que ha logrado todo lo que se ha propuesto, y si algo le faltaba, era tener una manera de poder incidir en la forma de pensar de millones de personas en el mundo. Prueba de que la tentación por el poder no solo económico sino político y mediático harán que esta nueva, si la podemos llamar “aventura” será de lo más interesante, veamos qué puede más si el convertir una plataforma social en negocio o en un arma política; el tiempo nos lo dirá.
La realidad es que no creo que Twitter desaparezca ni que todas estas empresas y usuarios que amenazan con salirse de la plataforma logren opacar lo que Musk es capaz de hacer. Por el bien de la humanidad, esperemos que todos los cambios que haga sean positivos y para el bien de la sociedad. Tan solo hay que recordar que gobiernos han caído por la influencia de este tipo de plataformas y que muchos movimientos sociales han encontrado en ellas la gasolina que necesitan para arder.
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