Usted disculpe, así con una carta conmovedora, por la que casi estuve a punto de soltar una lagrima que rodara por mi mejilla, el exalcalde de Atotonilco de Tula Julio César Ángeles Mendoza, pidió una disculpa por los golpes y otro tipo de agresiones para una compañera y otro periodista, quienes estaban cubriendo una noticia de la cual el sujeto ni tenía que ver en el asunto y más bien estaba de metiche.
Lo cierto es que ya se ha hecho recurrente el que, primero te madrean y luego quieren solucionarlo con una disculpa.
Ya nos traen entre ojos y lo más sencillo es utilizar la violencia en nuestra contra, total, según los agresores solo somos unos pinches periodistas revoltosos, las sanguijuelas que le chupan la sangre a este país, buitres y toda clase de adjetivos, para quienes nos dedicamos a dar la información a la ciudadanía.
Así que, arrastrando toda clase de milagritos, los trabajadores de los medios de comunicación, vamos por la vida tratando de protegernos como se pueda y algunos, con el miedo de ser atacados o lo más grave, perder la vida.
La frase de que México es un país donde ser periodista es un peligro, se ha vuelto tan cotidiana y parece que los 38 periodistas muertos en los últimos cuatro años no nos sorprenden.
Eso está muy cabrón, se entiende que a las autoridades no les preocupe, mientras no sean de su familia, pero que a los periodistas cada vez nos importe menos, que no seamos capaces mínimamente de mentarles su madre a los agresores y que no exijamos a las autoridades que se apliquen para echarle velocidad a las investigaciones, que nos valga madre la ausencia de una ley de protección de periodistas y que los esfuerzos de tenerla sean criticados, de verdad es muy preocupante.
Creen ustedes que el compañero de Tv Azteca que fue maltratado esta semana por un guardia de seguridad de una fundación va a quedar conforme con que le manden una carta disculpándose.
Y así podemos seguir enumerando las agresiones a los periodistas en Hidalgo que no han recibido justicia y que seguramente continuarán, porque a nadie le importa lo que nos ocurra.
Algunos dirán que hay autoridades que si están haciendo su chamba y han puesto en marcha investigaciones y que serán garantes de la libertad de expresión, pero lo cierto es que a quienes ejercemos la profesión, los periodista de a pie, no es fácil estar lidiando con tipos como el ex alcalde que se puso bien intenso y gandalla con una compañera periodista y que además le valió que lo estuvieran grabando, aún así continuó con sus agresiones.
¡Que huevos de cabrón!
Primero si muy gallito, mandando madrear a todos y ahora ya esta de chillón pidiendo disculpas, según él porque estaba presionado y eso lo llevó a golpear a quienes no tenían nada que ver y si mucho que ayudar.
En verdad cree que una disculpa puede resolver los golpes y las ofensas.
¿Neta que así lo piensa?
O ya siente pasos en la azotea después de que los compañeros interpusieron denuncias en su contra.
No que muy chingón.
Si ya tuvo el valor de madrear a una mujer, ahora también debería tenerlo para enfrentar las consecuencias de sus actos y no andar con sus cartitas de disculpa.
Lamentablemente las denuncias no van a tener el peso para castigar la conducta de este “ciudadano”, lo que significa que seguimos siendo un gremio vulnerable y totalmente desprotegido.
Espero sus comentarios.
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