Barry tenía un sueño, ser aclamado por las masas, tener mujeres por montones y girar con su banda La Armada Invencible por todo el mundo tocando heavy y trash, pero esto no sucedió y a ahora a sus cuarenta y tantos busca retomar esto, juntar a sus viejos camaradas y salir al escenario, pero la reivindicación del pasado no será fácil.
El rock no es negocio, o al menos eso creen disqueras y radiodifusoras y pese a esto, el escritor Antonio Ortuño, tiene la idea de que el género no sólo sí es redituable, sino que también es una manera de vivir.
Por ello presenta esta novela cargada de metal, botas, chamarras, guitarras, bajos, batería de una agrupación que pudo ser la más grande de Guadalajara, México y hasta posiblemente el mundo, pero los problemas internos la desquebrajaron, al igual que los sueños de sus integrantes, por problemas internos.
“Hace muchos años que, que quería escribir una novela que hablara de la música que escucho y lo que significa y ha significado todavía para mí la música.
“Pero creo que pues lo que me permitió escribirla es un poco la distancia, o sea, envejecer, y hubiera podido escribirla como un fan joven en el momento en el que parece algo heroico y necesario el rock y la vida parece que gira en torno al rock y cuando era niño mi vida giraba en torno al fútbol y luego pasé al rock y claro, luego ya llegó la vida adulta y se lo llevó absolutamente todo, tuve que trabajar, los hijos, los perros y bueno.
“Y volví un montón de años después y me di cuenta de que quizá aquí estaba ya finalmente la novela de rock, pero en ese lado B del rock después del rock mismo, cuando ya no tiene esa importancia central, cuando ya no significa como esas ilusiones, esos horizontes juveniles”, explicó
Y es que el escritor nacido en Zapopan, Jalisco, describe a La Armada Invencible como un libro totalmente metalero, ya que él admira a todos aquellos que pueden trabajar en lo que sea, ya sea como marineros, asesores de empresas, médicos, periodistas, etc, pero lo que realmente lo define por su manera de vivir es el metal.
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“No es la música que escucha, es algo que forma, y ese aferramiento para mí es precioso para escribir una novela, desde luego que es un tipo de felicidad muy raro. Ahora dicen resiliencia la mayor parte de estas palabras que ponen en informes de la UNICEF no me gusta, pero hay algo admirable en eso, prefiero mucho la palabra aferramiento”, explicó.
Y es que el escritor de títulos como “Méjico”, “La Fila India”, “Ánima” y “Recursos Humanos” recrea en esta entrega un grupo de amigos que se convierten en entrañables en cada página que se va pasando, porque entre el fracaso y la amistad nos va poniendo tintes de ironía, nostalgia, reflexión y mucho, pero mucho rock.
“Yo fui más punk que metalero, pero sí me gustó mucho el metal, pero me reenamoré digamos del metal en toda la etapa como previa a la novela de irla imaginando y consumiendo todo (música) y me volví a enganchar durísimo.
“Y eso fue la Armada, como regresar a un viejo territorio conocido, pero ya siendo alguien distinto y con mucha más perspectiva para para escribir”, aseguró.
Con una manera diferente de presentar la historia, ya que en la novela hay una mezcla de narración tradicional y una entrevista, Antonio va desmenuzando la vida de Barry, Yulian, El Gordo, El Mustein, Isaías, La Pato, entre otros más personajes, quienes sin bien no son sacados de amigos o conocidos, sí son de alguna manera parte de una sociedad real.
“Yo creo que los personajes de toda la novela son rompecabezas de alguna manera, no es que yo conozca a un Barry, tal cual con sus circunstancias y todo sus rasgos ni Gordo Aceves ni a un Yulian ni a una Pato. Son piezas de muchas cosas. Yo creo que que la narrativa desde luego viene de lo que vives de tu propia experiencia. de lo que lees, de las historias que escuchas sobre los demás, de lo que te cuentan, de lo que observas.
Y vas tomando piezas, rasgos de aquí, rasgos de allá, y también desde luego lo que te imaginas, que eso de alguna manera reintegra todas estas piezas. Yo no me puedo imaginar a un personaje como en el aire. Barry es Barry porque existe Yulian, El Gordo, existe Pato y todo en conjunto son ellos. NO soy capaz de imaginarme un personaje completo sino están los demás y van creciendo juntos en la historia”, aseguró.
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Entre las líneas del libro aparecen nombres de bandas como Metallica, Anthrax, Pantera, Megadeth, Black Sabbath, sin dejar de mencionar a The Beatles, Elvis, Rolling Stones, entre otras más agrupaciones que han hecho historia.
Pero no sólo las nombra, sino que también cuenta anécdotas e historias que son reales y vividas por los rockeros, de ahí que el libro se convierte en una joya para los amantes del metal.
“Yo lo veo a cierta distancia, en el ambiente en el que yo me movía y la música que a mí me gustaba era un ambiente totalmente underground. Yo jamás escuché la música que a mí realmente me gustaba en la radio en Guadalajara.
“Sólo había un espacio en Radio Universidad sobre el metal y era maravilloso y era el único espacio, yo me cansé en grabar casetes con la música que salía de ahí. Pero fuera de eso no había nada, ni revistas, las pocas en una tienda, y ya, pero te juntabas con personas que les gustaba lo mismo y de ahí bueno se iba enterando de lo que había.
“A la industria nunca les ha gustado el rock, porque sí es de verdad, no les deja lo que deja el pop, el reggaetón. Los productores tienen todo el control de la música y muchos ni músicos son. Lo que yo quería es reflejar esa esa suerte, o sea, no solo que sean unos como viejitos diciendo: ‘ah, nosotros éramos el centro del mundo y ahora no somos nada’, no, ellos siempre estuvieron al margen y siguen ese camino como victimista, porque tampoco los quieren los demás, entonces por ahí se mueven”.
“La Armada Invencible” se nombra así por la historia arma Felipe II en España para invadir Inglaterra y la nombraron así porque pensaban que nadie los iba a derrotar, y bueno se hundieron en una tempestad y no pudieron llegar ni si quiera a desembarcar y por ello es algo irónico con la banda del libro.