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Gemelli Carreri, ilustre visitante de Pachuca

Muchos son los visitantes que, a lo largo de la historia, han visitado esta comarca minera y sus alrededores, desde el descubrimiento de sus minas en el 1552, mas no todos dejaron testimonio de su estancia. En las próximas entregas de esta columna semanal se darán a conocer algunas de las descripciones más célebres, que dejaron a la posteridad, los insignes viajeros. 

El primero del que se tiene memoria, fue Francesco  Gemelli Careri, ilustre viajero nacido en Taurianova en 1651 y muerto en Nápoles en 1725. Carreri, dicen sus biógrafos, obtuvo el doctorado en Derecho otorgado por la Universidad Jesuita de Nápoles, tras lo que pasó a formar parte de la Judicatura napolitana, aunque por poco tiempo, pues a partir de 1685 se dedicó a viajar por Europa Francia, España, Hungría y Alemania accidentado viaje, que termino cuando fue herido durante el asedio de la ciudad de Buda (pest).

Su regreso a Nápoles en 1687, fue también su regreso a la Judicatura al tiempo que comenzó escribir sus primeros dos libros: Relazione delle Campagne d’Ungheria (1689), que escribió junto a Matteo Egizio como coautor, y poco después imprimió su Viaggi in Europa 1693. En esa época Gemelli sufrió varias frustraciones en el desempeño de su profesión. Tras varios traspiés en asuntos legales, decide hacer un viaje alrededor del mundo, periplo en el que empeñaría cinco años y sobre el que escribirías su obra más conocida, Giro Intorno al Mondo, publicado en seis volúmenes entre 1699 y 1700.

El viaje comenzó en 1693 con su visita a Medio Oriente y se prolongó al interior de Asia, donde visitó, Persia, Armenia, India y China, posteriormente llego a Filipinas, de donde se embarcó en el famoso galeón de Manila que lo trasportó al puerto de Acapulco en la Nueva España, travesía que fue terrible pus hubo de sufrir tormentas, brotes epidémicos a bordo y un sinfín de calamidades, que se prolongaron en su estancia en tierras americanas, tales como un lago sismo que duró según sus propias palabras lo que dos padrenuestros  Quedó maravillado al contemplar los vestigios de la gran pirámide del  sol en Teotihuacan, entonces cubierta por tierra y maleza. 

Durante su estancia en la ciudad de México, visitó al sabio novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora y de allí paso a conocer las célebres minas de Pachuca y Real del Monte, sitios donde estuvo entre el miércoles 17 y el sábado 20 de abril de 1697. La narración un tanto histriónica y exagerada, es descrita por el en los siguientes términos:   

“Aunque todos los amigos me disuadían de ir a ver las minas de Pachuca, por ser éstas más profundas de lo que se puede creer, obstinado, con todo, y mi propósito, me puse en camino el miércoles 17……..  El jueves 18, hechas seis leguas por un terreno oran llano ora montuoso, llegué a Pachuca, en donde fui hospedado en la casa de Domingo Larrea, oficial mayor de la Caja Real. Como mi principal intención era ver las minas, cuando hube desayunado me hice acompañar de su yerno a dos de las más cercanas…… Ambas profundísimas, la primera llamada de Santa Cruz, era de noventa y dos estados (unos 250 metros); la segunda llamada de Navarro, tenía ochenta. En la de Santa Cruz se sacaba el metal por medio de malacates. Esta es una máquina que tiene el eje perpendicular apoyado en dos hierros. Alrededor del eje gira una polea por cual pasa, en vez de cuerda, una cadena de hierro que por una extremidad sube con el metal colgado de ella, y por la otra va hacia abajo para recoger (otra carga). La máquina esta movida por cuatro mulas atadas a un madero que atraviesa el eje. Se usaban en esta boca dos malacates, tanto para recoger el metal como el agua, que acaso manando impidiera el trabajo. Bajé por curiosidad cinco escalones o maderos, pero luego el minero u oficial que cuida de la mina no quiso dejarme seguir adelante, temiendo que me precipitase …. luego a la boca de la Navarro, en donde pude ver como los indios sacaban el metal a la espalda, (subiendo) por escaleras de muescas llamadas por los españoles, porque eran maderos rectos con hendiduras. 

Independientemente de los detalles de su incursión a las minas de Santa Cruz y Navarro incluidas en el capítulo  “Riesgo en el que puso el autor por ver extraer el metal de las minas de Pachuca” resulta curioso destacar que el viajero italiano, fue hospedado en la Caja Real, edificio que entonces estaba recién terminado según Teodomiro Manzano fue concluido en 1675  desde ese lugar se trasladó a las minas de Santa Cruz y Navarro, ambas ubicadas al norte de la ciudad, en las faldas del cerro de San Cristóbal, que se mantenían en explotación a principios del siglo veinte.

Fue Gemelli Carreri, el primer viajero, que con intenciones un tanto turísticas, sin olvidar las de carácter científico, visitó Pachuca hace ya mas de tres siglos y dejó puntual constancia de su visita, en un magnífico, descripción que es un verdadero tesoro para quienes buscamos recrear los tiempos y desentrañar así la historia de esta comarca, ligada a la minería por cerca de cinco siglos.

 

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