Huixcazdhá es una comunidad que se ubica en el municipio de Huichapan, lugar en el que décadas atrás la tasa de desnutrición era del 67 por ciento; sin embargo, se realizó un proyecto guiado por Benito Manrique de Lara para superar el problema con el consumo de suplementos alimenticios hechos a base de amaranto.
El proyecto consistió en la producción industrial de amaranto basado en tecnología desarrollada por científicos nacionales y en una estrategia de vigilancia nutricional casa por casa, que permitió reducir los índices de desnutrición.
Así la comunidad de Huixcazdhá erradicó la desnutrición infantil de sus 500 habitantes en el año 2007, cifra que logró mantenerse.
El experimento del “Doctor Amaranto” cobró tanta celebridad que Porfirio Muñoz Ledo, cuando fue diputado federal por el partido político de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) propuso como iniciativa expedir una ley de fomento al amaranto mexicano.
El amaranto no solamente cuenta con un alto valor nutrimental, también posee un origen prehispánico, conforme a la información pública del gobierno federal.
En la antigüedad, los aztecas convertían en tzoalli la semilla molida, el método de preparación consistía en amasar el amaranto con miel de maguey para darle forma de deidades, en aquella época se trataba de una forma de personificar “la carne” de los dioses para consumirla con gran reverencia en algunos rituales.
Además de ser un alimento con orígenes en el México precolombino, cuenta con un alto valor nutrimental, con el que se combatió la desnutrición en Huichapan.
Contiene las proteínas más proteínas que el maíz y el arroz, así como vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3, ácido fólico, calcio, hierro, fósforo y es fuente de aminoácidos como lisina.
En la actualidad puedes encontrar el amaranto como ingrediente de las alegrías, los dulces típicos que cuentan con gran variedad de presentaciones, entre ellas las calaveras para colocar en los altares del Día de Muertos.