Queridos lectores, el día de hoy les escribo sobre cómo lograr una gestión emocional, pero, ¿qué es una emoción?
La emoción es el sentimiento cuando toca al cuerpo, es decir, lo que provoca en mi cuerpo, alegría, enojo, rabia, tristeza, asco.
La gestión emocional es esa re-acción que tenemos ante alguna situación que se nos presenta, por ejemplo: si alguien me dice: “qué fea está tu camisa”, puedo contestar, o reaccionar, de tres formas:
- Contestarle “fea tú”. No me afecta el comentario, solo me mantengo frío y expreso mi opinión.
- Darle vueltas. Estar pensando el por qué no le habrá gustado y decidir no volver a utilizar esa camisa que a mí tanto me gusta.
- Respetar. Decir: “bueno, si no te gusta, me parece bien, pero a mí me encanta, y la seguiré usando”.
Cada una de estas tres acciones provoca una reacción emocional, física y fisiológica diferente en mi organismo; la primera no me hace nada, pero si contesto, pudiera quedarme sin amigos. La segunda me enferma, me aumenta los niveles de cortisol porque termino tragándome una emoción negativa, y si soy una persona que constantemente hace esto, el cuerpo comienza a somatizarlo. Y la tercera es la sana: intento hacer que esa emoción que ha llegado y me ha desestabilizado un poquito (esto es general, a todos nos pasa cuando nos hacen algún comentario “negativo”), pero lo he sabido sacar de una manera sana para que no me perjudique.
Muy bien, pues, después de este ejemplo, comencemos con algunas formas en que puedes gestionar tus emociones de una manera inteligente.
- Conocerse. Esto es fundamental. El conocimiento es un proceso fluido y dinámico. No somos los mismos ahora que hace cinco años, ni los que seremos en cinco más, es un proceso dinámico en el que nos vamos comprendiendo. Aquí es importante amalgamar cuatro facetas al conocerse, y son:
- La imagen que les das a los demás.
- El autoconcepto.
- Mi verdad.
- Lo que muestro en redes sociales.
Cuántas veces has tenido varias personalidades con la familia, los amigos, en el trabajo y en las redes sociales. Cuidado con esto, porque estas son mentiras que a la larga te harán sentirte vacío.
- Evita el exceso de autocrítica y exigencia. Es esa voz interior que no nos deja ni un solo minuto, que siempre busca la perfección. Hay que saber relativizar nuestros fallos y errores y saber que el éxito oculta lo que el fracaso enseña. “Siempre me ha gustado más una persona que asume su derrota y se levanta de nuevo”. No creo en las grandes victorias, creo en la gente que se levanta una y otra vez y que acepta equivocarse, porque el que no se atreve a hacer algo por miedo, no vive su vida.
- Fíjate metas y objetivos. Sueña en grande. Actúa en pequeño. No importa si has construido un castillo en el aire mientras seas capaz de construir los cimientos bajo él. Cuando te propongas una meta en la vida no la dejes en solo una idea; poco a poco proponte estrategias pequeñas para ir logrando y avanzando adonde quieres llegar. Las metas se consiguen siendo realistas, saliendo a buscarlas: súdala, trabájala, y si no sabes hacerlo, imita al mejor. Haz un plan, activa tu sistema reticular activador ascendente, mantén tu mente abierta y busca las oportunidades. Debes tener muy claro lo que quieres.
- Trabaja tu voluntad. Una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente. Te preguntarás: ¿qué es la voluntad? Es la capacidad para posponer la recompensa, y consiste en ORDEN, CONSTANCIA y HÁBITOS repetidos. Saber esperar la gratificación. Hay una parte del cerebro que se encarga del autogobierno, es decir, yo gobierno mis pasiones, mis impulsos. Hoy día se sabe que la gente más feliz es la que tiene gobernados sus instintos, sus impulsos, y es capaz de decir: “esto ahora no”, aunque lo quiera, no lo hago.
En el próximo artículo continuaré con algunas otras formas de gestionar mejor tus emociones. Lo que te recomiendo es que comiences a practicar estas, y si quieres, puedes escribirme para contarme qué tal te ha ido.
Recuerda: tener el conocimiento no hará que se activen las cosas: actúa, practica, haz las cosas para que sucedan.
Como siempre, te deseo larga vida, salud y prosperidad.
Hasta la próxima.
Alberto Tristany Zarauza