PACHUCA DE SOTO, 30 MAR /NEWS HIDALGO/.- El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta el funcionamiento del sistema límbico, encargado de regular los estados de ánimo, provocando cambios bruscos de humor sin justificación y alteraciones en los niveles de ciertos neurotransmisores.
De acuerdo con David Jiménez Rodríguez, profesor investigador de tiempo completo del Instituto de Ciencia de la Salud (ICSa) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la bipolaridad puede clasificarse en tres tipos dependiendo de sus variaciones.
El Trastorno Bipolar tipo I se caracteriza por episodios maniacos discretos, que pueden estar precedidos o seguidos por episodios depresivos e, incluso, existe la posibilidad de perder el contacto con la realidad a través de un evento de psicosis, delirios o alucinaciones, por lo cual, se requiere de hospitalización.
Mientras que el tipo II está ligado a eventos depresivos mayores y la presencia de episodios hipomaniacos, es decir, un periodo de al menos cuatro días en los que el estado de ánimo se eleva de manera anormal. En casos graves pueden impedir a la persona asistir trabajar o asistir a clases.
Por último, está el trastorno ciclotímico, que consiste en la presencia recurrente de síntomas depresivos e hipomaniacos.
Jiménez Rodríguez destacó que los diagnósticos de bipolaridad deben ser realizados por un psiquiatra o, en el caso de las infancias y adolescencias, un paidopsiquiatra, debido a que es una enfermedad que afecta a nivel cerebral.
Sin embargo, una vez que se confirma el diagnóstico es necesario el acompañamiento de las y los psicólogos para conducir y enseñar al paciente a convivir mejor con su enfermedad, aceptar su situación, así como detectar los síntomas de un episodio para la prevención de recaídas o autolesiones.
“Obviamente es una condición, pero aunque tengas un trastorno bipolar eso no te define, tú no eres el trastorno bipolar, dentro de todas las cualidades que tienes está el trastorno, pero no eres diferente a otras personas. Hay que ver a la persona antes que el síntoma o el padecimiento”, enfatizó el docente Garza.
A su vez, puntualizó que la familia, amigos y sociedad en general debe ser más empática con las personas con trastornos metales para ayudarlas a que expresen sus necesidades en momentos de crisis, brindarles opciones para resolver una crisis que estén viviendo; mientras, las personas diagnosticadas deben entender que su condición no es justificación para un comportamiento negativo de su parte hacia otras personas.
Para finalizar, hizo un llamado a las personas que tienen inquietudes sobre su salud mental o emocional a asistir con especialistas certificados o a los servicios de salud para recibir la atención pertinente y no realizar autodiagnósticos basados en videos o artículos no verificados en las distintas plataformas digitales que existen, pues podrían poner en riesgo su integridad y retrasar su tratamiento.